La OCDE es una organización internacional que promueve políticas que favorezcan la prosperidad, la igualdad, las oportunidades y el bienestar para todas las personas. Fue fundada en 1961 por 20 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y España.
La OCDE tiene su sede en París, Francia, y actualmente cuenta con 38 países miembros. Sus objetivos globales son:
La OCDE es un organismo democrático. Sus decisiones son tomadas por consenso de sus miembros, y todos los países miembros tienen un voto. La OCDE no tiene poder directo sobre los gobiernos locales, pero ejerce su influencia a través de la investigación, la evaluación y el diálogo. El alcance de la OCDE es global. Trabaja con todos los países miembros, así como con países no miembros, organizaciones internacionales y empresas privadas.
La OCDE publica informes, estudios y recomendaciones sobre una amplia gama de temas, incluyendo economía, comercio, medio ambiente, educación, salud y desarrollo social.
La OCDE ayuda a crear un entorno económico estable y competitivo. Sus normas y recomendaciones ayudan a las empresas a operar en un entorno predecible y equitativo. La OCDE también ayuda a promover el comercio y la inversión, lo que beneficia a las empresas y a los consumidores.
La OCDE no tiene la capacidad de sancionar o multar a las empresas directamente. Sin embargo, puede recomendar a los gobiernos que tomen medidas contra las empresas que no cumplan con sus recomendaciones. Si una empresa no cumple con las recomendaciones de la OCDE, puede ser sancionada por el gobierno de su país, las sanciones pueden incluir multas, suspensión de licencias o incluso la prohibición de operar en el país.
La OCDE también puede publicar informes sobre empresas que no cumplen con sus recomendaciones, lo que puede dañar la reputación de la empresa y hacerla menos atractiva para los inversores.
La OCDE ha jugado un papel importante en el desarrollo de las normas internacionales de precios de transferencia. En 1979, publicó sus Directrices sobre Precios de Transferencia, que son un conjunto de principios y directrices para ayudar a las empresas y los gobiernos a determinar los precios de las transacciones entre partes relacionadas. Las Directrices de la OCDE han sido adoptadas por la mayoría de los países del mundo y son una referencia importante para las autoridades fiscales a la hora de aplicar sus propias leyes de precios de transferencia.
En los últimos años, la OCDE ha intensificado su trabajo en el ámbito de los precios de transferencia. En 2013, publicó su Plan de Acción BEPS, que incluye una serie de medidas para abordar la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios. El Plan de Acción BEPS ha tenido un impacto significativo en las normas internacionales de precios de transferencia y ha llevado a una serie de cambios en las leyes de precios de transferencia de los países del mundo.
La OCDE ha organizado una serie de conferencias y seminarios sobre precios de transferencia, y ha publicado una serie de documentos de trabajo sobre el tema.
La OCDE ha desarrollado una serie de herramientas para ayudar a las empresas y los gobiernos a aplicar las normas de precios de transferencia, incluyendo:
La OCDE seguirá desempeñando un papel importante en el desarrollo de las normas internacionales de precios de transferencia. En los próximos años, es probable que la OCDE continúe trabajando para mejorar las normas de precios de transferencia y para hacer frente a los nuevos desafíos que plantea la economía global.
La OCDE ayuda a mejorar la calidad de vida al promover el crecimiento económico, el empleo, la educación y la salud. También ayuda a promover la democracia y el buen gobierno, lo que crea un entorno más seguro y estable para las personas. La OCDE también ayuda a proteger el medio ambiente y a promover el desarrollo sostenible.